¿Te fijas metas y luego fracasas cuando llega el momento? Tienes las mejores intenciones, pero por más que intentes, nunca lo logras.
¿Te suena familiar? No estás solo, pero hay buenas noticias.
Es más fácil alcanzar tus objetivos si eliges tus valores y luego los alineas con ellos. De esa manera, cuando piensas en por qué haces lo que haces, el resultado esperado parece tener un mayor impacto.
Como resultado, te sentirás mucho más motivado para alcanzar esas metas. ¿Cómo funciona?
Continúe leyendo para aprender cómo prepararse para el éxito.
Determina tus valores
Probablemente ya conoces tus valores, pero expresarlos con palabras puede parecer difícil cuando intentas vincularlos con tus objetivos.
A continuación se indican algunos pasos que le ayudarán a empezar:
- Piensa en los rasgos que admiras o buscas en una persona. ¿Qué es lo que más significa para ti? Algunos ejemplos son la honestidad, la integridad, la independencia, la responsabilidad y la curiosidad .
- Piensa en lo que te inspira a seguir adelante. Por ejemplo, ¿te gusta la perseverancia, la responsabilidad, la actitud emprendedora, el respeto o algo más? ¿Qué te motiva?
- Piensa en los momentos en los que te sentiste más orgulloso. ¿Por qué te sentiste orgulloso? ¿Qué sucedió y qué te ayudó a llegar allí? Tus valores se esconden en esos momentos.
- Piensa en cosas que te gustaría cambiar de ti mismo. ¿Qué te hace sentir celos cuando miras a los demás? Estos podrían ser valores que te motivarían.
Convierte tus valores en declaraciones
A continuación, convierta sus valores en declaraciones. Esto les otorga contexto o significado en lugar de simplemente enunciarlas.
Piense en ello como darle a sus valores una definición, pero una que signifique algo para usted y no una que salga del diccionario.
Por ejemplo, si uno de sus valores es la lealtad, piense en lo que eso significa para usted. La definición de lealtad que aparece en los libros es “un fuerte sentimiento de apoyo”, pero expréselo con sus propias palabras.
He aquí un ejemplo.
La lealtad significa estar siempre ahí para quienes más te importan. No importa lo difíciles que sean las cosas o lo mucho que quieras renunciar, sigues adelante porque sabes que eso es lo mejor para ambos.
Si la perseverancia es un valor que quieres encarnar, escribe tu declaración al respecto, así:
La perseverancia significa hacer lo que sea necesario para que tus objetivos se hagan realidad. Incluso cuando no tengas ganas y sientas que no tienes apoyo, sigues adelante. Superas los días malos y valoras los buenos, lo que ayuda a que los hábitos se mantengan y se cumplan los objetivos.
Escribe tus metas
Ahora que ya tienes tus valores, es hora de escribir tus objetivos. Estos son independientes de los valores, pero en el siguiente paso los uniremos.
Por ahora, concéntrate en lo que quieres lograr en los próximos 6 meses, 1 año, 5 años y 10 años. Haz tu lista tan corta o tan larga como quieras. Para cada objetivo, sé lo más detallado posible. Incluye un cronograma, puntos de control y formas de medir tu progreso: ¿estás bien encaminado?
Vinculando tus valores a tus objetivos
Aquí es donde realmente ocurre la magia: vincular tus valores con tus objetivos. Cuando incluyas tus valores en tus objetivos, te sentirás más comprometido con ellos. No será solo un número que quieras alcanzar o un logro en tu haber. Lo sentirás como un verdadero logro, independientemente de lo que piensen los demás.
Algunos ejemplos:
Mi objetivo de dejar el azúcar este año se ajusta a mi valor personal de perseverancia, porque puedo seguir con mi plan sin azúcar incluso cuando la tentación está a mi alrededor.
Mi objetivo de llevar un diario todas las mañanas es importante porque respalda mi valor personal de estar emocionalmente saludable y participar en prácticas que contribuyan a un estado emocionalmente saludable.
Cuando pones todo tu corazón en lo que quieres lograr, te sentirás más motivado para lograr tus objetivos. No es solo decir que lo lograste, sino que lograr tus objetivos moldeará tu comportamiento.
Reflexiones finales
Tus valores y objetivos van de la mano, pero debes determinarlos por separado. Comienza con tus valores: escríbelos, perfeccionándolos e incluso priorizándolos. ¿Qué es lo que más significa para ti? En otras palabras, ¿qué te impulsaría a alcanzar tus objetivos más rápido? Necesitarás esta lista cuando establezcas tus objetivos.
A continuación, analiza tus objetivos. ¿Cómo se relacionan tus valores con ellos? Escríbelo: haz una declaración para cada objetivo para que puedas ver cómo se relacionan tus valores con ellos. Luego, haz un seguimiento de tus objetivos y observa cuánto más fácil es ver el progreso cuando incluyes tus valores.