Hay muchos estudios científicos que sugieren que el entrenamiento de fuerza es una forma eficaz de ponerse en la mejor forma de la vida. Soy un gran fanático y recomiendo rutinas de entrenamiento con pesas tanto para hombres como para mujeres. Como en todo en la vida, la moderación es clave y, para evitar el agotamiento, no recomiendo el entrenamiento con pesas como el único tipo de actividad física.
Un buen ejemplo de una división del entrenamiento sería 3 o 4 días de entrenamiento de fuerza intenso con algo de entrenamiento de fuerza y movilidad de bajo impacto, como yoga o pilates. Tanto el yoga como el pilates también incorporan resistencia con el peso corporal, lo que es excelente para desarrollar la fuerza funcional. Todos deberíamos priorizar las caminatas diarias y reservar tiempo durante la semana para actividades que nos gusten y nos apetezcan.
La quinta semana se trata de recuperar a ese niño que llevamos dentro e incorporar el juego a nuestra vida. A veces, es necesario interrumpir las series y repeticiones en el gimnasio y hacer algo activo al aire libre con amigos.
Crecí practicando deportes y jugué al fútbol en la universidad. A medida que fui creciendo, empecé a amar un buen partido de baloncesto y a disfrutar de los torneos de voleibol de playa los fines de semana. Todas estas son formas de ejercicio que se sienten como un juego y me permiten salir al sol para obtener algo de vitamina D. Vivo en Los Ángeles y sería una locura no aprovechar el clima aquí. Practicar deportes cuando eres adulto también es una excelente manera de socializar con amigos y conocer gente nueva. Si los deportes no son lo tuyo, entonces salir a la naturaleza y hacer una caminata también tiene muchos beneficios mentales y físicos.
Mi gran día de juego es el sábado, cuando un grupo de nosotros jugamos al voleibol de playa. Puedo correr bajo el sol, quemar calorías y reírme mucho con mis amigos. El voleibol de playa puede ser un tipo de ejercicio anaeróbico. Implica explosiones rápidas de energía con algunos saltos pliométricos. Durante el ejercicio, el cortisol trabaja con otras hormonas quemagrasas, la dopamina, la adrenalina y la hormona del crecimiento para aumentar la liberación de grasa. En este momento es cuando producir más cortisol resulta más beneficioso. La clave es volver a un estado de cortisol bajo cuando no se está haciendo ejercicio. El estrés rápido a corto plazo en realidad nos ayudará a quemar grasa. El estrés crónicamente elevado es lo que aumenta el almacenamiento de grasa. He notado que cuando estoy haciendo algo divertido, puedo calmarme y bajar mis niveles de estrés rápidamente durante los períodos de descanso. Mis niveles de estrés incluso se mantienen bajos el resto del día después de que terminamos de jugar. No me apresuro a ir a comer cuando estoy en un estado de cortisol alto después de la actividad. Es en este momento cuando el cortisol y la insulina se combinan, que la insulina aumenta las propiedades de almacenamiento de grasa del cortisol mientras que al mismo tiempo bloquea su actividad de quema de grasa. Trate de estar atento a cuándo se encuentra en un estado de alto estrés y está a punto de comer. Esto es lo que no queremos.
En conclusión, ¡disfruta de una nueva actividad o deporte al menos un día o dos a la semana! Deja que tu cuerpo sienta todas esas hormonas que se socializan durante el ejercicio y deja que tu buen humor y gratitud te devuelvan al estado parasimpático cuando hayas terminado. Cuando estés haciendo actividades que realmente disfrutas, esto sucederá de manera natural, así que ¡diviértete y simplemente sé!
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